En la actualidad, en el campo de la ética de la comunicación, vivimos en la paradoja de que existe una crisis evidente en el comportamiento ético de ciertos medios de comunicación y de determinados profesionales de la información, por razones ideológicas o de meros intereses. Se trata de una consecuencia directa de la grave problemática ética que sufre nuestra sociedad.
La autonomía colectiva es un elemento básico de la ética y como consecuencia de determinados hechos se impone la auto regulación plasmada en los códigos deontológicos. Consideran que la autonomía y la independencia informativas se hallan bajo sospecha y citan los riesgos de amamantes de la cultura de masas y de la actitud actual de los medios y de los multimedia. Indican que la ciudadanía se concibe como audiencia, con el consiguiente riesgo de manipulación de la misma. En el campo del audiovisual creen que profundizar en sus responsabilidades sociales no es hoy una tarea prioritaria, porque no interesa a los que deciden y porque los trabajadores de los medios no lo consideran fácil. Dialécticamente se plantean la muerte del periodista y el triunfo del trabajador de la comunicación en general. Creen que los códigos se mueven entre la necesidad y el escepticismo, aunque son una necesidad de la autoregulación. |
Bibliografía: La dinámica de la comunicación masiva, dominick joseph r., editorial, mc graw hill, octava edición
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