Los antecedentes
más remotos de este medio debemos situarlos a principios del siglo XIX, cuando
Alessandro Volta inventa un objeto tan común para todos nosotros como la pila
voltaica o, lo que es lo mismo, una pila que podía producir electricidad.
A
partir de ese momento, empezarán a construirse los primeros telégrafos; unos
aparatos por entonces muy primitivos pero que fueron evolucionando gracias,
sobre todo, a las aportaciones Samuel Morse.
En 1840, Morse introduce dos
transformaciones fundamentales en esos rudimentarios telégrafos. Por un lado,
sustituye las agujas magnéticas que utilizaba su antecesor en este campo (Henry
Cook) para el proceso de identificación de las señales, por una tira de papel
-seguro que recordarás haber visto alguna en las películas del Oeste
americano-. Por otro lado, crea algo que está todavía vigente: el código Morse;
un código que, a través de una combinación de puntos y rayas, puede transmitir
cualquier tipo de mensaje.
Treinta y cinco años después, concretamente en
1875, Graham Bell, como ya debes saber, propicia el nacimiento de la telefonía.
Este inventor consiguió que los sonidos pudieran propagarse a través de un
cable.
Pero no solo la telegrafía y la telefonía
intervinieron en la aparición de la radio. Otros fenómenos fueron iguales o más
importantes que éstos.
El descubrimiento y la posterior medición de
las ondas electromagnéticas, también llamadas Hertzianas porque la persona que
ideó el proceso para medirlas fue Heinrich Hertz en 1887, propiciaron la
creación del primer receptor de radio. Sin embargo, hasta la llegada de la
telegrafía sin hilos, de la mano de Guillermo Marconi, la transmisión era muy
limitada. La aportación de Marconi permitió que las señales sonoras pudieran
propagarse a algo menos de 20 Kilómetros de distancia. Quizá a ti te parezca
muy poco, pero para aquella época fue todo un logro. Lógicamente, el sistema
tenía sus imperfecciones, porque, por ejemplo, este aparato no podía
transportar ni palabras ni sonidos musicales.
No será hasta ya entrado el siglo XX cuando
las aportaciones de A. Fleming y R.A Fessenden permitirán la transmisión de la
voz humana. A partir de ese momento se iniciaría, de verdad, la radio que hoy
conocemos.
Si bien decíamos al principio de este texto que la radio en España comenzó el pasado siglo, concretamente en la década de los veinte, en Estados Unidos su andadura se inició un poco antes. En 1916 se inaugura la primera emisora en la ciudad de Nueva York y, en el período comprendido entre 1914 y 1918, la radio se consolida en este país y en otros importantes estados europeos, como Francia y Gran Bretaña. Tal es el crecimiento del medio en Norteamérica que, en 1935, se funda la Columbia Nexus Service, una agencia de noticias encargada de distribuir la información entre las emisoras existentes en aquel momento en Estados Unidos.
Si bien decíamos al principio de este texto que la radio en España comenzó el pasado siglo, concretamente en la década de los veinte, en Estados Unidos su andadura se inició un poco antes. En 1916 se inaugura la primera emisora en la ciudad de Nueva York y, en el período comprendido entre 1914 y 1918, la radio se consolida en este país y en otros importantes estados europeos, como Francia y Gran Bretaña. Tal es el crecimiento del medio en Norteamérica que, en 1935, se funda la Columbia Nexus Service, una agencia de noticias encargada de distribuir la información entre las emisoras existentes en aquel momento en Estados Unidos.
Bibliografía: La dinámica de la comunicación masiva,
Dominick Joseph R., Editorial, Mc Graw Hill, octava edición.
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