A principio de la década de los
80 el cable tenía una cuota de pantalla que se aproximaba al 10%. El 90%
restante se lo repartían las tres grandes Networks: ABC, CBS y NBC. Al
finalizar la década la situación había cambiado substancialmente: el cable había
aumentado su cuota de audiencia hasta un valioso 30% y las Networks, a las que
se había incorporado la FOX, se repartían el 60%.
Estos datos reflejan como el
mercado de la Tv del cable reaccionó muy positivamente y con un gran
crecimiento a las medidas de desregulación promovidas por el Congreso a finales
de los 70. Pero además de los efectos de esos cambios legales existen otras
causas que han proyectado el mercado del cable hasta su situación actual.
El sector del cable, como muchos otros, presenta continuas
asociaciones empresariales, absorciones. Todo ocurre con una rapidez
trepidante.
Pese a la gran cantidad de leyes antimonopolio
existente en la legislación norteamericana, es casi imposible evitar la
concentración de poder y propiedad en el sector. Por un lado encontramos casos
de concentración vertical: los propietarios acumulan poder sobre las diferentes
fases de la producción televisiva. De este modo las operaciones o transacciones
económicas que debieran efectuarse entre empresas independientes se convierten
en negociaciones internas. Estas actuaciones limitan la incorporación de nuevos
operadores al mercado, que no consiguen unas cuotas de pantalla o penetración
que les permitan sobrevivir. El poder económico de las grandes empresas del
cable impide que productoras ajenas a su entorno consigan una salida para sus
productos.
También se dan casos de concentración horizontal: en
esta situación una empresa o individuo es el propietario de un gran número de
emisoras u operadoras de cable. De esta forma tiene absoluto control sobre la
programación y puede efectuar las maniobras pertinentes para promocionar
ciertos canales o emisoras. Este fenómeno es lo que ha venido a denominarse
como MSO: Multiple System Ownership.
Los MSO nacen como consecuencia del temor de algunas
empresas informativas. Éstas ven en la industria del cable un tremendo enemigo
que puede poner en peligro sus cuotas de audiencia gracias a las producciones
propias y la fidelización de los telespectadores a este nuevo sistema
televisivo. Por ello, tales agencias, que disponen de importantes recursos
económicos, comenzaron a comprar e incorporar a su estructura gran cantidad de
operadores de cable que, como ya se ha mencionados en apartados anteriores,
suelen ser de ámbito local o regional. Estos operadores ya no son capaces de
hacer frente a las grandes inversiones que la continua reconversión del sistema
exige y por tanto ven en la incorporación a estos MSO su única posibilidad de
supervivencia. De este modo comienzan ha erigirse grandes redes de operadores
de cable asociados. Esto permite repartir los elevados costes que derivan del
mantenimiento de la instalación del cable y, de este modo, disminuir su impacto
sobre la economía de las empresas asociadas. Con esta maniobra se obtienen más
beneficios de los operadores más antiguos o arraigados, cuyos costes de
instalación ya han sido amortizados. Tales beneficios pueden ser reinvertidos
en sistemas más novedosos y tecnológicos que resulten más atractivos y aumenten
la cuota de abonados. Lo que supone a su vez un aumento de los ingresos.
Entre los MSO más importantes de la década de los 80
debemos destacar:
- America
Tv and Communications (Time Inc., Ted Turner)
- Tele-Communications
- Group W
Cable (Westhinghouse Corp.)
- Stores
Cable Communications (Storer Broadcasting Co.)
- Cox
Cable Communications
- Warner
Amex Cable.
Con esta visión general hemos podido comprobar cómo el
mercado del cable se caracteriza por una continua renovación tecnológica y por la
progresiva concentración de poder, hecha que suscitan diferentes opiniones por
parte de la sociedad, los gobiernos y los especialistas o estudiosa del sector.
Bibliografía:
La dinámica de la comunicación masiva, Dominick Joseph R., Editorial, Mc Graw Hill, octava edición.
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