El
discurso narrativo es la exposición de unos hechos relatables por medio de una
trama y un argumento. Por supuesto, es el que se utiliza en la novela y el
cuento, pero cada vez más personas recurren a sus bondades fuera de la
literatura sino también en noticias chistes etc.
En
cuanto tal, la historia sólo puede tener un mérito: el conseguir que el público
quiera saber qué ocurre después. A la inversa, sólo puede tener un defecto:
conseguir que el público no quiera saber lo que ocurre después. Es el organismo
literario más primitivo y más elemental. Sin embargo, es el más común de todos
esos organismos complejos que conocemos como novelas.
Esta
cualidad del discurso narrativo viene dada por la intriga o la tensión
narrativa, que consiste en abrir uno o varios hilos de acción que no se
resuelven hasta el final (o que se van resolviendo poco a poco, pero quedando
siempre alguno pendiente) o, lo que es lo mismo, ir creando expectativas al
lector y satisfacerlas gradualmente.
También
por esto las partes del discurso narrativo se denominan inicio, nudo y
desenlace. En el inicio se plantean uno o varios personajes que empiezan alguna
acción, en el nudo se plantea un conflicto y en el desenlace éste se resuelve.
Las
formas en las que el discurso narrativo se desarrolla serían la descripción, la
narración, el diálogo, el monólogo, la elipsis... Y la estrategia discursiva
más utilizada correspondería a la asociación por analogía, que es lo que en
lenguaje literario se llamaría metáfora.
Bibliografía:
La dinámica de la comunicación masiva, dominick
joseph r., editorial, mc graw hill, octava edición
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