En 1928, con los republicanos en
Washington, las autoridades de los Estados Unidos advirtieron a una emisora de
Nueva York, propiedad del Partido Socialista, que debía mostrar “el debido
respeto” hacia las opiniones de los demás (imaginamos que las opiniones de los
demás eran las de los propios republicanos). Así empezó a gestarse la doctrina
de la imparcialidad (The Fairness Doctrine) como una forma de intervención del
Estado en el mercado de las ideas. Si el Estado no lo hacía -se pensó en
aquella época – muchas voces no tendrían la oportunidad de ser escuchadas.
La doctrina de la imparcialidad
se materializó formalmente como una política de la Federal Communications
Commission (FCC) en 1949, al considerar a las estaciones de radio como
“administradores públicos” de las frecuencias y por lo tanto obligadas a
permitir la exposición de los problemas de interés público locales de una
manera que, a juicio de la Comisión fuera, honesta, justa y equilibrada.”
La
doctrina propuesta por la FCC se construyó sobre la base de dos obligaciones
exigibles a las emisoras de radio: “dar cobertura sobre temas polémicos de
interés e importancia vital para la comunidad atendida por los concesionarios”;
y“dar oportunidad razonable para la discusión de opiniones contrapuestas sobre
estos temas.”
En su aspecto más extremo la FCC desarrolló también la llamada
”Doctrina Mayflower“, que prohibió entre 1941 y 1949 a las estaciones de radio
editorializar sobre algún aspecto polémico relativo a la comunidad.
Bibliografía:
La dinámica de la comunicación masiva, Dominick Joseph R., Editorial, Mc Graw Hill, octava edición.
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