Intentar catalogar las emisoras de radio no es una tarea
sencilla, sobre todo, por la multitud de tipologías que se podrían plantear. La
propiedad, la programación, la forma de emisión, son algunas de las
características aplicables.
En este sentido,
consideramos que es necesario adoptar un modelo para agrupar estos operadores,
aunque hay que señalar que siempre se producirán excepciones que pueden poner
en duda los criterios escogidos. No obstante, debemos indicar que con toda
probabilidad no es suficiente un único elemento para crear la clasificación,
sino que será necesario combinar más de uno.
En primer lugar, señalamos que se han de diferenciar los centros
que han recibido una concesión administrativa para emitir y los que lo hacen
sin ningún tipo de autorización por parte de las diferentes administraciones.
De esta forma, hallaríamos radios con licencia y sin licencia.
1.- Radios con licencia:
son aquellas que han sido autorizadas para funcionar por parte de las
administraciones (central o autonómica, en el caso de España). A estos centros se les ha adjudicado un punto
en el dial. Son concesiones realizadas por el Estado o los ejecutivos autónomos
y tienen una duración limitada en el tiempo, aunque pueden ser prorrogadas,
algo que prácticamente siempre sucede, salvo en situaciones excepcionales.
Dentro de las radios con licencia, observamos dos subtipos de
emisoras: las públicas y las privadas. Como se puede ver, hemos combinado ahora
el criterio de la pertenencia. Debemos señalar que el sistema de radiodifusión
es propiedad del Estado que cede, en régimen de concesión, las frecuencias
tanto a sociedades privadas, como a medios públicos (estatales, autonómicos,
comarcales y municipales).
1.1.- Públicas: son
las que dependen de alguna administración. Observamos fundamentalmente cuatro:
Estado, autonomía, comarca y municipio.
1.2.- Privadas: son
aquellas gestionadas por una empresa privada. A nivel estatal, destaca el
fenómeno de la escasa presencia de operadores que no están vinculados a grandes
grupos mediáticos. Este aspecto ya que no encontramos ni un solo centro privado
que se pueda considerar, en este sentido, independiente.
2.- Radios sin licencia:
son aquellos operadores que emiten al margen de la ley, que no se les ha
concedido ninguna frecuencia para funcionar. Se puede decir, que son redes que
están fuera de la legalidad y que en cualquier momento, si las administraciones
lo deciden, podrían verse abocadas a cerrar. Asimismo, hemos
considerado que existe una clara diversidad en este grupo de radios que están
fuera de la ley, que están en una situación alegal. Observamos cuatro tipos de
estaciones sin licencia: libres; culturales y educativas; asociativas; y
comerciales sin licencia.
2.1. Libres: son
emisoras que no tienen ánimo de lucro, que funcionan mediante la autogestión,
que están al margen de cualquier grupo de presión (político y económico), son
participativas y van en contra del monopolio y de la centralización de la
comunicación. Una variante de las radios libres son las alternativas, que no
precisan de un funcionamiento asambleario.
2.2.- Culturales y
educativas: son las que dependen de centros de enseñanza, si bien su
administración puede no hacerse de forma directa a través de estas
instituciones, aunque su financiación se lleva a cabo en su mayoría por medio
de ellas. Asimismo, también incorporamos en este grupo las ubicadas en centros culturales
y casas de juventud.
2.3.- Asociativas: son
las que dependen de asociaciones y su funcionamiento puede ser o no de forma
asamblearia. Estos centros se rigen por las ideas de la asociación a la que
están vinculadas.
2.4.- Comerciales sin
licencia: son operadores que funcionan de la misma forma que las privadas con
licencia, se financian con publicidad, pero emiten sin carecer de autorización
administrativa.
Algunas de estas radios sin concesión intentan llegar a
convenios con ayuntamientos para que éstos soliciten una licencia municipal y
posteriormente se las cedan y, de esta forma, impedir que algún día puedan
recibir una sanción por parte de Telecomunicaciones que les obligue a cerrar.
Bibliografía: La
dinámica de la comunicación masiva, Dominick Joseph R., Editorial, Mc Graw
Hill, octava edición.
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