Retención de la imagen:
la fotografía y la industria
cinematográfica.
Esta aportación fue fundamental para el desarrollo de la fotografía, ya que marcó el principio de lo que hoy conocemos como el objetivo de la cámara, el cual permite la captura de imágenes a diferentes distancias y ángulos obteniendo como resultado imágenes nítidas y luminosas.
Para
conservar la imagen de forma perdurable se requieren dos cosas. La primera es
que debe de haber modo de enfocar la imagen sobre una superficie. La segunda es alterar esa superficie permanentemente
como resultado de la exposición de la
imagen.
La
primera se resolvió con el descubrimiento de
la cámara oscura en el siglo XVI. Fue en la antigua Grecia donde surgió
la preocupación por encontrar una explicación del fenómeno lumínico. Esto
condujo a los filósofos a observar los efectos de la luz en todas sus
manifestaciones. Aristóteles sostuvo que los elementos que constituían la luz
se trasladaban de los objetos al ojo del observador con un movimiento
ondulatorio. Para comprobar su teoría, construyó la primera cámara oscura de la
que se tiene noticia en la Historia, describiéndola de la siguiente manera:
"Se hace pasar la luz a través de un pequeño agujero hecho en un cuarto cerrado por todos sus lados. En la pared opuesta al agujero, se formará la imagen de lo que se encuentre enfrente".
"Se hace pasar la luz a través de un pequeño agujero hecho en un cuarto cerrado por todos sus lados. En la pared opuesta al agujero, se formará la imagen de lo que se encuentre enfrente".
Una
de las paradojas de la historia de la fotografía tuvo lugar en el siglo VI d.
C., cuando el alquimista árabe Abd-el-Kamir descubrió una emulsión
fotosensible, aunque nunca la aplicó a la cámara oscura que ya existía porque
no tenía conocimiento de ella.
Por
su parte, el mago Merlín (539 d.C.) justamente en la misma época utilizaba la
cámara oscura con fines estratégicos y de observación en la guerra que sostuvo
el rey Arturo contra los sajones.
En sus escritos se habla de la necesidad de
utilizar el "cuerno de unicornio" para hacer el orificio de entrada
de luz en ella. En el tiempo en que se difundió el uso de este aparato, la magia era una
práctica que se mezclaba con el estudio de los fenómenos naturales, por lo que
al relacionar al unicornio con la cámara oscura ocasionó que durante siglos
ésta recibiera el nombre de "caja mágica".Pero no fue sino hasta la segunda mitad del siglo XV cuando se volvió a tener
noticia de la cámara oscura a través de Leonardo da Vinci, quien redescubrió su
funcionamiento y le adjudicó una utilidad práctica por lo que se le ha otorgado
el crédito de su descubrimiento.
El
italiano Leonardo da Vinci y el alemán Alberto Durero emplearon la cámara
oscura para dibujar objetos que en ella se reflejaban. A partir de ese momento
se utilizó como herramienta auxiliar del dibujo y la pintura, extendiéndose
rápidamente en Europa.La cámara oscura renacentista tenía las dimensiones de una habitación. Esto fue
necesario para que el pintor pudiera introducirse en ella y dibujar desde su
interior lo que se reflejaba.
Cámara
oscura portátil de Kircher, 1646 Para lograrlo, colocaba un papel translúcido
en la parte posterior, justo enfrente del orificio por el que pasaba la luz. Es importante recordar que la formación de la imagen es invertida, por lo que
el dibujante debía ser muy hábil para hacer las correcciones necesarias al copiar
la imagen sobre el papel.
Para
conseguir que la imagen se formara era necesario que el orificio fuera muy
pequeño, de lo contrario la calidad de la imagen no podía ser muy nítida ni
detallada.
En el siglo XVI un físico napolitano, Giovanni Battista Della Porta, antepuso al orificio una lente biconvexa (lupa) y con ella obtuvo mayor nitidez y luminosidad en la imagen. A partir de este avance varios científicos se dedicaron a perfeccionarla.
En el siglo XVI un físico napolitano, Giovanni Battista Della Porta, antepuso al orificio una lente biconvexa (lupa) y con ella obtuvo mayor nitidez y luminosidad en la imagen. A partir de este avance varios científicos se dedicaron a perfeccionarla.
Esta aportación fue fundamental para el desarrollo de la fotografía, ya que marcó el principio de lo que hoy conocemos como el objetivo de la cámara, el cual permite la captura de imágenes a diferentes distancias y ángulos obteniendo como resultado imágenes nítidas y luminosas.
La segunda condición tardo mucho mas en
ocurrir, exactamente en el año 1816, que es cuando el físico francés Nicéphore
Niépce consigue una imagen mediante la utilización de la cámara oscura y un
procedimiento fotoquímico. Niépce bautiza a su invento con el nombre de
heliograbados, pero no es hasta el año 1831 cuando el pintor francés Louis
Jacques Mandé Daguerre realizó fotografías en planchas recubiertas con una capa
sensible a la luz de yoduro de plata. Después de exponer la plancha durante
varios minutos. Daguerre empleó vapores de mercurio para revelar la imagen
fotográfica positiva. Estas fotos no eran permanentes porque las planchas se
ennegrecían gradualmente y la imagen acababa desapareciendo. En las primeras
fotografías permanentes conseguidas por Daguerre, la plancha de revelado se
recubría con una disolución concentrada de sal común. Este proceso de fijado,
descubierto por el inventor británico William Henry Fox Talbot, hacía que las
partículas no expuestas de yoduro de plata resultaran insensibles a la luz, con
lo que se evitaba el ennegrecimiento total de la plancha. Con el método de Daguerre
se obtenía una imagen única en la plancha de plata por cada exposición.
Mientras
Daguerre perfeccionaba su sistema, Talbot desarrolló un procedimiento
fotográfico que consistía en utilizar un papel negativo a partir del cual podía
obtener un número ilimitado de copias. Talbot descubrió que el papel recubierto
con yoduro de plata resultaba más sensible a la luz si antes de su exposición
se sumergía en una disolución de nitrato de plata y ácido gálico, disolución
que podía ser utilizada también para el revelado de papel después de la
exposición. Una vez finalizado el revelado, la imagen negativa se sumergía en
tiosulfato sódico o hiposulfito sódico para hacerla permanente. El método de
Talbot, llamado calotipo, requería exposiciones de unos 30 segundos para
conseguir una imagen adecuada en el negativo. Tanto Daguerre como Talbot
hicieron públicos sus métodos en 1839. Ese mismo año John Eilliam Herschel da
el nombre de " fotografías " a las imágenes fijas.
En
el procedimiento del calotipo la estructura granular de los negativos aparecía
en la copia final. En 1847, el físico francés Claude Félix Abel Niépce de
Saint-Victor concibió un método que utilizaba un negativo de plancha o placa de
cristal. Ésta, recubierta con bromuro de potasio en suspensión de albúmina, se
sumergía en una solución de nitrato de plata antes de su exposición. Los
negativos de estas características daban una excelente definición de imagen,
aunque requerían largas exposiciones.
En
1851 el escultor y fotógrafo aficionado británico Frederick Scott Archer
introdujo planchas de cristal húmedas al utilizar colodión en lugar de albúmina
como material de recubrimiento para aglutinar los compuestos sensibles a la
luz. Como estos negativos debían ser expuestos y revelados mientras estaban
húmedos, los fotógrafos necesitaban un cuarto oscuro cercano para preparar las
planchas antes de la exposición, y revelarlas inmediatamente después de ella.
Los fotógrafos que trabajaban con el estadounidense Mathew Brady realizaron
miles de fotos de los campos de batalla durante la guerra de la Independencia
estadounidense y para ello utilizaron negativos de colodión húmedos y
carromatos a modo de cámara oscura.
Puesto
que el procedimiento del colodión húmedo estaba casi limitado a la fotografía
profesional, varios investigadores trataron de perfeccionar un tipo de negativo
que pudiera exponerse seco y que no necesitara ser revelado inmediatamente
después de su exposición. El avance se debió al químico británico Joseph Wilson
Swan, quien observó que el calor incrementaba la sensibilidad de la emulsión de
bromuro de plata. Este proceso, que fue patentado en 1871, también secaba las
planchas, lo que las hacía más manejables. En 1878 el fotógrafo británico
Charles E. Bennett inventó una plancha seca recubierta con una emulsión de
gelatina y de bromuro de plata, similar a las modernas. Al año siguiente, Swan
patentó el papel seco de bromuro.
Mientras
estos experimentos se iban sucediendo para aumentar la eficacia de la
fotografía en blanco y negro, se realizaron esfuerzos preliminares para
conseguir imágenes de objetos en color natural, para lo que se utilizaban
planchas recubiertas de emulsiones. En 1861, el físico británico James Clerk
Maxwell obtuvo con éxito la primera fotografía en color mediante el
procedimiento aditivo de color.
Alrededor
de 1884 el inventor estadounidense George Eastman patentó una película que
consistía en una larga tira de papel recubierta con una emulsión sensible. En
1889 realizó la primera película flexible y transparente en forma de tiras de
nitrato de celulosa. El invento de la película en rollo marcó el final de la
era fotográfica primitiva y el principio de un periodo durante el cual miles de
fotógrafos aficionados se interesarían por el nuevo sistema.
A
comienzos de este siglo la fotografía comercial creció con rapidez y las
mejoras del blanco y negro abrieron camino a todos aquellos que carecían del
tiempo y la habilidad para los tan complicados procedimientos del siglo
anterior. En 1907 se pusieron a disposición del público en general los primeros
materiales comerciales de película en color, unas placas de cristal llamadas
Autochromes Lumière en honor a sus creadores, los franceses Auguste y Louis
Lumière. En esta época las fotografías en color se tomaban con cámaras de tres
exposiciones.
En
la década siguiente, el perfeccionamiento de los sistemas fotomecánicos
utilizados en la imprenta generó una gran demanda de fotógrafos para ilustrar
textos en periódicos y revistas. Esta demanda creó un nuevo campo comercial
para la fotografía, el publicitario. Los avances tecnológicos, que
simplificaban materiales y aparatos fotográficos, contribuyeron a la
proliferación de la fotografía como un entretenimiento o dedicación profesional
para un gran número de personas.
La
cámara de 35 mm, que requería película pequeña y que estaba, en un principio,
diseñada para el cine, se introdujo en Alemania en 1925. Gracias a su pequeño
tamaño y a su bajo coste se hizo popular entre los fotógrafos profesionales y
los aficionados. Durante este periodo, los primeros utilizaban polvos finos de
magnesio como fuente de luz artificial. Pulverizados sobre un soporte que se
prendía con un detonador, producían un destello de luz brillante y una nube de
humo cáustico. A partir de 1930, la lámpara de flash sustituyó al polvo de
magnesio como fuente de luz.
Con
la aparición de la película de color Kodachrome en 1935 y la de Agfacolor en
1936, con las que se conseguían trasparencias o diapositivas en color, se
generalizó el uso de la película en color. La película Kodacolor, introducida
en 1941, contribuyó a dar impulso a su popularización.
Muchas
innovaciones fotográficas, que aparecieron para su empleo en el campo militar
durante la II Guerra Mundial, fueron puestas a disposición del público en
general al final de la guerra. Entre éstas figuran nuevos productos químicos
para el revelado y fijado de la película. El perfeccionamiento de los
ordenadores facilitó, en gran medida, la resolución de problemas matemáticos en
el diseño de las lentes. Aparecieron en el mercado muchas nuevas lentes que
incluían las de tipo intercambiable para las cámaras de aquella época. En 1947,
la cámara Polaroid Land, basada en el sistema fotográfico descubierto por el
físico estadounidense Edwin Herbert Land, añadió a la fotografía de aficionados
el atractivo de conseguir fotos totalmente reveladas pocos minutos después de
haberlas tomado.
En
el decenio siguiente los nuevos procedimientos industriales permitieron
incrementar enormemente la velocidad y la sensibilidad a la luz de las
películas en color y en blanco y negro. La velocidad de estas últimas se elevó
desde un máximo de 100 ISO hasta otro teórico de 5.000 ISO, mientras que en las
de color se multiplicó por diez. Esta década quedó también marcada por la
introducción de dispositivos electrónicos, llamados amplificadores de luz, que
intensificaban la luz débil y hacían posible registrar incluso la tenue luz
procedente de estrellas muy lejanas. Dichos avances en los dispositivos
mecánicos consiguieron elevar sistemáticamente el nivel técnico de la
fotografía para aficionados y profesionales.
En
la década de 1960 se introdujo la película Itek RS, que permitía utilizar
productos químicos más baratos, como el zinc, el sulfuro de cadmio y el óxido
de titanio, en lugar de los caros compuestos de plata. La nueva técnica llamada
fotopolimerización hizo posible la producción de copias por contacto sobre
papel normal no sensibilizado
Bibliografía: La
dinámica de la comunicación masiva, Dominick Joseph R., Editorial, Mc Graw
Hill, octava edición
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