Se
entiende por mordaza a aquel elemento
(material o simbólico) que se utiliza para hacer callar a una persona. La
mordaza puede tomar la forma de un simple retazo de tela que se coloca en la
boca para impedir que la persona pueda hablar. Sin embargo, cuando hablamos de
mordaza simbólica hacemos referencia a diferentes elementos que se pueden establecer (como
leyes, reglamentos o estatutos) que impiden que las personas se expresen
públicamente al considerarse esto un delito que requiere sanción.
La idea de una mordaza es
justamente el impedir o dificultar el habla de la persona. Por lo general es
entendido como un elemento de tortura o de sufrimiento ya que es
colocado contra la voluntad del individuo y puede no ser fácilmente desechable.
Es común que se utilicen mordazas en situaciones en las cuales se tiene a
alguien secuestrado o de rehén para que sus gritos o pedidos de auxilio no
puedan ser escuchados. Por lo general, las mordazas de este tipo se colocan en
la boca, bien apretadas entre ambos labios y contra los dientes de modo tal de
dificultar también el uso de la lengua.
Sin embargo, la mordaza no es
solamente un elemento material que se puede usar como censura de la voz de la
persona si no que también puede ser un elemento simbólico que se impone a nivel
social para limitar o impedir que las personas que se encuentran en desacuerdo
con determinados elementos hagan público su parecer. Este tipo de mordazas
pueden ser mucho más efectivas y difíciles de sortear que las materiales ya que
además de impedir verdaderamente el normal uso de la expresión (por
ejemplo, a través de una ley que impida que uno se exprese libremente sobre
determinados temas o que cobre tasas o impuestos por
hacerlo), también genera un grado importante de censura psicológica ya que
transforma al acto de silenciado en un acto de persecución.
Bibliografía:
La dinámica de la comunicación masiva, Dominick Joseph R., Editorial, Mc Graw Hill, octava edición.
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