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miércoles, 29 de febrero de 2012

Análisis de medios


El centenario de la grabación en un fonógrafo  en disco plano  se celebro en 1985.

Esa tecnología  fue  obra de Emile  Berliner.  Este noto de inmediato que los discos  cilíndricos
utilizados por Edison  tenía  demasiados inconvenientes para ser prácticos. De modo que  perfecciono la forma de codificar el sonido  en disco plano  y fácil de duplicar usando un molde maestro, como  hacer  wafles en una plancha.

Su invento tardo en popularizarse en Estados Unidos debido a la competencia de Edison, pero en Europa fue un gran éxito. Después de un tiempo, Berliner introdujo el fonoautógrafo  al mercado Estadunidense, y lo llamo   gramófono, este aparato después   desplazo al cilindro.

Berliner previo claramente el futuro: predijo que los cantantes  e intérpretes sobresalientes habría  de obtener  ganancias de la venta de sus discos.

No obstante, se equivoco en otro aspecto, pues pensó que los artistas incapaces a presentarse en público  solo tendrían que mandar un disco para dar su concierto.

Berliner también diseño el prototipo del micrófono moderno. Sus dos inventos, el micrófono y el disco, se fusionaron cuando  se perfecciona la grabación electrónica durante la década de 1920. Incluso el moderno disco  compacto  le debe algo a Berliner, ya que este disco, al igual que su antecesor de acetato, almacena la información en una espiral sobre su superficie plana que gira.


Bibliografía: La dinámica de la comunicación masiva, Dominick Joseph R., Editorial, Mc Graw Hill, octava edición.

lunes, 27 de febrero de 2012

Perfeccionamiento de los procesos de grabación.


La invención del disco ha sido el acontecimiento de mayor repercusión en la vida musical del siglo XX. Como sucede frecuentemente con los hallazgos de la técnica, la potencialidad práctica se explica sólo en el momento en que se crean las condiciones externas favorables a su utilización.

El perfeccionamiento técnico de los procedimientos de grabación fue seguido inmediatamente por su explotación a nivel industrial, y con la creciente accesibilidad económica del producto, el consumo de la música grabada se convirtió en un gran negocio. Tras la Columbia Phonograph Company, de Washington surgieron otras casas discográficas en Estados Unidos y Europa. El fenómeno de la concentración monopolista se vio favorecido por la inestabilidad económica de los años veinte, mientras que la progresiva creación de mercados integrados a nivel nacional ampliaba enormemente las posibilidades de venta. Al disco se unieron muy pronto otros inventos en el campo de la difusión sonora: la aparición de la radio en el mercado se remonta a 1919, el cine hablado surgió en 1929; la televisión , en 1936, en 1948-1950 se inventa el disco de larga duración y la grabación en cinta magnética, y, por último, hacia los '80 nace el compact disc.

El mercado de los medios técnicos de reproducción sonora fue aprovechado inmediatamente por el jazz, la canción, la música de baile y los demás géneros de la música popular y, sólo de forma marginal, se interesó por la música culta.

En la actualidad, es posible individuar efectos de gran relevancia sociológica determinados por la difusión masiva de los productos de la industria musical. Entre las primeras consecuencias de la "difusión del disco conduce a un desaliento progresivo del diletantismo musical". Desaparece la figura del intérprete privado, así como los pequeños grupos de aficionados que se reunían en la casa para interpretar tríos o cuartetos. El crecimiento de las ciudades o la imposición de los modelos de la cultura urbana a vastas áreas campesinas provocan la desaparición de las tradiciones autóctonas de la música, que pierden su funcionalidad ante los nuevos modelos de comportamiento y, por la misma razón, se vuelven objeto de una recuperación culta. 

La música deja de producirse de forma activa y se escucha pasivamente, según una progresiva especialización de papeles entre consumidor e intérprete profesional. El mercado discográfico ha adquirido un papel fundamental en la determinación del gusto musical colectivo y, junto a este, la difusión radiofónica.

En las décadas posteriores a la II Guerra Mundial, la industria del disco se ha convertido rápidamente en un negocio de enormes proporciones. La cantidad anual de ventas de discos de todos los géneros en el mundo ha aumentado en la década de los sesenta de 700 millones a más del doble (1.800 millones) de copias.

Aunque se producen fenómenos de concentración monopo­lista en la industria de la música reproducida, análogos a los de los demás sectores de la producción industrial, el re­pertorio de productos que ofrece la misma es muy variado. De la canción de consumo a la de protesta, de la música pop a la clásica, hasta la producción de vanguardia, ningún género musical que disponga de segui­dores o de la posibilidad de adquirirlos se excluye, teóricamente, de la in­tegración a un mercado que tiende a dirigirse cada vez más a un público di­versificado, sectorial, estratificado según niveles de cultura, de extracción social o, simplemente, de clases de gusto. 

La música, tradicionalmente ar­te de carácter social, transfiere, en lo referente al consumo discográfico, su socialidad del plano interpersonal a la pertenencia abstracta a una determinada categoría de consumo, definida por el mercado.

Mientras vemos desaparecer la antigua categoría de los diletantes, se perfila una nueva figura, típica de nuestro tiempo: la del apasionado de la "alta fidelidad", que no toca ningún instrumento, pero conoce perfectamen­te los secretos de la reproducción electroacústica del sonido. La perfección a que se ha llegado en este terreno en las últimas décadas alcanza niveles absolutos, determinando una situación singular. 
 
Bibliografía: La dinámica de la comunicación masiva, Dominick Joseph R., Editorial, Mc Graw Hill, octava edición.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Grabación magnética


El  ser humano siempre le ha obsesionado la idea de dejar una huella de sus actividades. La memoria visual encontró un soporte hace milenios -las pinturas de Altamira dan elocuente testimonio de ello -, pero la memoria auditiva tuvo que esperar hasta el siglo XIX para conocer el suyo. Del fonógrafo al MINIDisc, pasando por el gramófono y el reproductor de disco compacto, sólo en un siglo, la reproducción del sonido ha alcanzado su perfección gracias a las técnicas digitales.

En 1881 Thomas Edison (1847-1931) creó un aparato capaz de transformar la energía acústica en mecánica: el fonógrafo. Los sonidos se grababan en un cilindro de cera; para escucharlos, una aguja, unida a un audífono de considerable diámetro, debía recorrer los surcos para poder recoger las ínfimas vibraciones allí escritas. En 1888, Emile Berliner (1851-1921) terminó su gramófono, en el que el cilindro de Edison era sustituido por un disco. Gracias a las válvulas electrónicas, inventadas en 1925, fue posible amplificar el sonido antes y después de grabar disco.

Basándose en una idea lanzada en 1888 por el estadounidense O. Smith, el danés Valdemar Poulsen (1869-1942) patentó en 1900 el telegráfono, que grababa los sonidos en un hilo de metal que se desplazaba entre polos de un electroimán.
Nacía así la grabación magnética. El alemán Pfeumer hizo más práctico el procedimiento al inventar en 1928 la primera banda magnética con base de papel, a la que sucedería una banda de plástico recubierta por una capa ferromagnética. A pesar de estos progresos, hasta la Segunda Guerra Mundial no se perfeccionaron los procedimientos mecánico y magnético, gracias a los discos de vinilo de los 16, 33 y 45 revoluciones por minuto (1948, disco de microsurcos de larga duración; 1958, disco estereofónico). Para la grabación se emplea un disco de aluminio recubierto de acetato y buril (rubí tallado) que se desplaza según las vibraciones sonoras. En 1965, apareció la cinta magnética, con distintos formatos. Hoy en día, para la grabación del sonido se emplean esencialmente dos técnicas: la grabación por rayo láser y el procedimiento magnético. Asistimos también al desarrollo de tratamiento digital de señales por medio de microprocesador.

El proceso de transformación de energía acústica en mecánica y magnética se basaba en un procedimiento analógico. Las vibraciones producidas por los sonidos eran representadas por surcos y niveles de imantación cuyas variaciones eran semejantes a las de los sonidos percibidos. En micrófonos y altavoces pronto hubo enormes progresos. Sin embargo, los soportes, (pre) amplificadores y cables seguían alternando el sonido original. Los ingenieros intentaron solucionarlo aplicando el principio del ordenador a la reproducción sonora.

En los sistemas digitales, se toman muestras del sonido hasta 48.000 veces por segundo. Las características de cada una de estas “porciones” de sonido se convierten en largas series intangibles de 0 y 1. El disco compacto y la cinta de audio digital (DAT) son lo más avanzado en el campo de la alta fidelidad, además de técnicas como el surround sound (sonido envolvente) y el tratamiento digital de las señales.

Bibliografía: La dinámica de la comunicación masiva, Dominick Joseph R., Editorial, Mc Graw Hill, octava edición.

lunes, 20 de febrero de 2012

La grabación sonora

El sonido es también imagen, aunque imagen sonora. La mayoría de los educadores han encontrado más limitaciones que ventajas en el empleo del audio-cassette o de la radio como medios didácticos. Para que se produzca el proceso de grabación sonora es necesario que una banda magnética pase ante un electroimán que recibe el nombre de cabeza de grabación. 

Las bobinas de la cabeza de grabación son recorridas por una corriente que es proporcional a la información nacida de una fuente sonora como un micrófono, un tocadiscos, la radio, etc. Esta corriente hace nacer un campo magnético de intensidad variable que ordena la capa de partículas magnéticas que recubren la cinta. Una grabación sonora original recibe el nombre de matriz o master. 

Nunca debe emplearse una matriz de forma continuada como material de trabajo. La matriz puede deteriorarse o sufrir cualquier accidente que ocasione su borrado u otras alteraciones que inutilicen el material. 

Por ello es conveniente trabajar siempre con duplicados que son una copia de trabajo de la matriz .Para realizar una grabación sonora es preciso valerse de un magnetófono. Existen dos tipos fundamentales de magnetófonos: el de cinta abierta y el cassette.

  • La cinta abierta da oportunidad de afinar la calidad de un material grabado inicialmente y en el queramos corregir a posteriori, todos aquellos errores que hemos podido escuchar tras la grabación.
  • En la cinta cassette no existe la posibilidad de modificar la velocidad de la grabación Los magnetófonos de cinta abierta disponen de hasta tres velocidades de grabación.
  • La cinta abierta tiene un ancho de 65 mm, mientras que en los audios cassettes su ancho se limita a 3'25 mm.
  • La pérdida de calidad en grabación del audio cassettes se nota en el duplicado de cinta.
  • La cinta abierta permite mantener la calidad de la matriz y de las copias sucesivas, mientras que los audios cassettes pierden rápidamente su calidad a partir de la matriz.
  • Todo educador debe conocer el funcionamiento de un magnetófono, al menos en sus elementos y operaciones más elementales.
  • Cargar y descargar la cinta en el magnetófono. Encontrar y saber operar el arranque, la marcha adelante (FWD) y la marcha atrás (RWD).
  • Localizar el enchufe del micro y saber conectarlo correctamente.
  • Localizar y manejar la tecla de grabación.
  • Saber controlar los vúmetros y comprobar que durante la operación de grabado permanece a cero el volumen para evitar zumbidos, acoples no deseados, etcétera.
  • Conocer las conexiones mínimas entre el altavoz exterior de auriculares y de salida, control de graves y agudos, selector de pista, conexiones de entrada para el tocadiscos, otro magnetófono, la radio, etcétera.
  • Hacer prácticas de grabación a partir de otras fuentes ya grabadas como programas de radió, discos, etcétera.

Bibliografía: La dinámica de la comunicación masiva, Dominick Joseph R., Editorial, Mc Graw Hill, octava edición.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Radio por Ineternet




 El papel de Internet en la evolución de la radiodifusión de los últimos años. Sin duda, la Red ha supuesto un cambio significativo en el modo de trasmisión de este medio, y ha propiciado, incluso, el nacimiento de estaciones que emiten exclusivamente a través de ella (WorldWide Radio, Radiocable, RadioInternet, o Radio.ya, entre otras muchas).


No obstante, la presencia en Internet del medio radiofónico es bastante desigual. Así, por ejemplo, por lo que se refiere a las estaciones locales, son pocas las que disponen de página web y, si la tienen, a menudo se limitan a colgar en ellas datos sobre la estación en cuestión y su programación, informar al internauta acerca de la localidad desde donde emiten, la agenda cultural, actividades diversas.

Otras cadenas dedican más recursos a su website y, además de posibilitar la escucha en directo de sus programas, ofrecen otros servicios adicionales, como la denominada radio a la carta, mediante la que puedes escoger los contenidos que quieres escuchar, en el orden que desees y a la hora que más te apetezca. Además, algunas emisoras incorporan los chats, así como materiales informativos complementarios acompañados de imágenes fijas y/o en movimiento.

Sin embargo, con independencia de todas las ventajas que ofrece la Red, las estaciones radiofónicas deciden su presencia en Internet como una cuestión de prestigio, de imagen, para, de este modo, mantener su credibilidad como empresa.



Bibliografía: La dinámica de la comunicación masiva, Dominick Joseph R., Editorial, Mc Graw Hill, octava edición.

lunes, 6 de febrero de 2012

CLASIFICACIÓN DE LAS EMISORAS DE RADIO


Intentar catalogar las emisoras de radio no es una tarea sencilla, sobre todo, por la multitud de tipologías que se podrían plantear. La propiedad, la programación, la forma de emisión, son algunas de las características aplicables.

 En este sentido, consideramos que es necesario adoptar un modelo para agrupar estos operadores, aunque hay que señalar que siempre se producirán excepciones que pueden poner en duda los criterios escogidos. No obstante, debemos indicar que con toda probabilidad no es suficiente un único elemento para crear la clasificación, sino que será necesario combinar más de uno.

En primer lugar, señalamos que se han de diferenciar los centros que han recibido una concesión administrativa para emitir y los que lo hacen sin ningún tipo de autorización por parte de las diferentes administraciones. De esta forma, hallaríamos radios con licencia y sin licencia.



1.- Radios con licencia: son aquellas que han sido autorizadas para funcionar por parte de las administraciones (central o autonómica, en el caso de España).  A estos centros se les ha adjudicado un punto en el dial. Son concesiones realizadas por el Estado o los ejecutivos autónomos y tienen una duración limitada en el tiempo, aunque pueden ser prorrogadas, algo que prácticamente siempre sucede, salvo en situaciones excepcionales.
Dentro de las radios con licencia, observamos dos subtipos de emisoras: las públicas y las privadas. Como se puede ver, hemos combinado ahora el criterio de la pertenencia. Debemos señalar que el sistema de radiodifusión es propiedad del Estado que cede, en régimen de concesión, las frecuencias tanto a sociedades privadas, como a medios públicos (estatales, autonómicos, comarcales y municipales).


 1.1.- Públicas: son las que dependen de alguna administración. Observamos fundamentalmente cuatro: Estado, autonomía, comarca y municipio.
   
    1.2.- Privadas: son aquellas gestionadas por una empresa privada. A nivel estatal, destaca el fenómeno de la escasa presencia de operadores que no están vinculados a grandes grupos mediáticos. Este aspecto ya que no encontramos ni un solo centro privado que se pueda considerar, en este sentido, independiente.
    

2.- Radios sin licencia: son aquellos operadores que emiten al margen de la ley, que no se les ha concedido ninguna frecuencia para funcionar. Se puede decir, que son redes que están fuera de la legalidad y que en cualquier momento, si las administraciones lo deciden, podrían verse abocadas a cerrar. Asimismo, hemos considerado que existe una clara diversidad en este grupo de radios que están fuera de la ley, que están en una situación alegal. Observamos cuatro tipos de estaciones sin licencia: libres; culturales y educativas; asociativas; y comerciales sin licencia.


    2.1. Libres: son emisoras que no tienen ánimo de lucro, que funcionan mediante la autogestión, que están al margen de cualquier grupo de presión (político y económico), son participativas y van en contra del monopolio y de la centralización de la comunicación. Una variante de las radios libres son las alternativas, que no precisan de un funcionamiento asambleario.

    2.2.- Culturales y educativas: son las que dependen de centros de enseñanza, si bien su administración puede no hacerse de forma directa a través de estas instituciones, aunque su financiación se lleva a cabo en su mayoría por medio de ellas. Asimismo, también incorporamos en este grupo las ubicadas en centros culturales y casas de juventud.
   
    2.3.- Asociativas: son las que dependen de asociaciones y su funcionamiento puede ser o no de forma asamblearia. Estos centros se rigen por las ideas de la asociación a la que están vinculadas.

    2.4.- Comerciales sin licencia: son operadores que funcionan de la misma forma que las privadas con licencia, se financian con publicidad, pero emiten sin carecer de autorización administrativa.

Algunas de estas radios sin concesión intentan llegar a convenios con ayuntamientos para que éstos soliciten una licencia municipal y posteriormente se las cedan y, de esta forma, impedir que algún día puedan recibir una sanción por parte de Telecomunicaciones que les obligue a cerrar.

Bibliografía: La dinámica de la comunicación masiva, Dominick Joseph R., Editorial, Mc Graw Hill, octava edición.